Dando la bienvenida al auténtico YO

En determinados momentos se hace necesario un periodo de desconexión, de tomar distancia o un respiro. Desconectar del ruido, de las opiniones, de las largas charlas, de lo establecido, del hacer y hacer, de lo programado o planeado. En fin, reconectar con uno mismo, en el silencio, en la necesaria soledad y en el amparo del abrazo del amor hacia sí mismo para respetar el sentir.

Atravesamos una temporada de grandes movimientos de energía, que nos impulsan a soltar, desechar y deshacernos del antiguos paradigmas, creencias o dogmas, para quitar las capas tras las que nos ocultamos y renacer como un yo genuino. La autenticidad cada vez se hace más necesaria, el universo, la vida nos empuja a descubrirnos y mostrarnos tal cual, sin adornos, ni parafernalias, simplemente yo.

Para ello es necesario ser honesto con uno mismo y darse cuenta de qué aspectos son los que en este momento nos limitan, nos pesan o ya no son beneficiosos. Tomar las riendas de nuestra vida y elegir por uno mismo, sin esperar a que la vida nos de la sacudida, despedirnos de aquello que no nos funciona. Esas formas de pensar que tanto nos desgastan, por ejemplo, de actitudes que tomamos en determinadas circunstancias para sobrevivir, dejándonos llevar por los impulsos primarios. Ya eso no resuena con nuestro más profundo sentir, que nos está pidiendo paz interior.

Tómense un descanso, un reseteo del agotador movimiento diario, permítanse sentir, respetarse, conectando con aquello que es necesario decir gracias y adiós. Eviten dejarse seducir por la mente para tirar la toalla y continuar con lo anterior, con lo pesado. Anímense, respiren, mímense, conecten con la alegría de vivir, aceptando el proceso, lo que están viviendo en este preciso instante y desechen de una vez el juicio hacia ustedes, no nos vale ya. Recuerden que no hay tiempo, ni un ritmo establecido, cada uno marca su ritmo, sus tiempos y su espacio.

2 comentarios sobre “Dando la bienvenida al auténtico YO

Deja un comentario