El juego de la Vida.

Hay momentos en la vida que sientes que tu camino se ha desviado y te pilla desprevenido, o que surgen muchas más bifurcaciones de las que esperabas. Estás en constante elección, sin saber hacia dónde te conduce. y me pregunto, es importante saber hacia dónde, o lo que estoy viviendo ahora, es lo realmente importante.

Se dice que el camino es lo crucial, no la meta, por lo tanto, el hacia dónde no ha de desgastarnos o quitarnos el sueño, sino el cómo estemos viviendo este preciso momento.

No sé ustedes cómo han llevado este tiempo de inicio de año, en mi caso, he estado revuelta, desubicada, como si mi eje estuviese cambiando de posición. Cada día tengo más claro que «Sé que no sé nada» en todos los sentidos, porque de aquello que tenía un más mínimo indicio, se ha desfigurado o deshecho en mis manos. Esto qué significa, solía preguntarme, he de admitir que al principio si me quedé con la cara a cuadros, como diciendo y esto ahora, en serio.

Parece que los cambios no nos abandonan, son nuestros eternos compañeros y aceptarlo es lo que nos salva de la inminente tormenta mental que se avecina. La vida es como el juego de la silla, has de estar atento, partícipe activo del juego, sabiendo que si la silla es ocupada, aparecerá otra u otro juego al que jugar. No hay espacio para quedarte sentado por un largo período, porque de eso se de trata el juego de la vida, de estar en constante movimiento, en constante cambio.

Trascender la lucha, abrazar la aceptación.

Cuando se habla de trabajadores de la luz o embajadores de luz, se refieren a las personas que en su día a día proclaman el mensaje de amor y compasión al mundo, en su entorno, trabajando en sí mismos sirviendo de ejemplo. Haciendo un servicio al amor universal.

Esto no significa que el resto no estemos en luz, sólo es una forma de expresar o «etiquetar», a todo aquel que sienta servir en pro del amor. Esto lo hacemos todos los que decidimos estar en paz, trabajar en nuestro mundo interno y tomarnos la vida de otra forma.

Hemos de recordar que la etiqueta y la necesidad de catalogar, nos aleja y nos separa, en vez de unirnos. Hemos de ver que no hay especialistas o personas mejores que otras, sólo personas que siguen su llamado interno, sus talentos y trabajan para estar o vibrar en amor y paz.

Una expresión que me hace reflexionar es «Guerreros de Luz». Contra qué se supone que hemos de luchar, con lo externo, con el opuesto o con nosotros mismos. Se trata de dejar de enfrentarnos, de resistirnos, porqué entonces vamos a luchar o entrar en conflicto. Si hemos de dejar de «creer» que nos atacan, porqué continuar estando a la defensiva.

El Guerrero interno es nuestra capacidad de acción, de creer en nosotros mismos, la toma de decisiones, es ir a por aquello que nos beneficia en ese momento, ya sea cambiar, trascender, trasformar, hablar, decidir, etcétera. Es nuestro fuego interno, nuestra energía, no para la lucha, sino para la reconciliación.

Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de su vida, de su bienestar y de su paz mental. Entendiendo que el otro o la situación no es nuestra enemiga, es una lección acerca de nosotros mismos, que nos conduce a nuestro autoconocimiento y aceptación.

Por esto que es momento de dejar la resistencia, la lucha, el estado de defensa y ver más allá de lo que nuestra mente cree que es, y entender que nosotros decidimos cómo descifrar lo que sucede, pudiendo elegir en cada momento hacerlo desde el amor, la luz, sirviendo a un bien mayor para TODOS, como unidad.

Llegó el momento de cuestionar nuestros actos

Cuando hay caos a nuestro alrededor, hemos de cuestionarnos qué hay en mí que ha ocasionado esto. Hacer un balance de nuestra vida, de nuestros actos, palabras y formas de pensamiento. Nuestros juicios, críticas hacia el otro y hacia nosotros mismos, nuestra forma de ver el mundo y la vida.

Si estoy constantemente buscando un culpable fuera, si el conflicto es conmigo mismo, si en mi día a día interactúo con desprecio, impaciencia, faltas de respeto, soberbia, ego, prepotencia, creyéndome el conocedor de todas las respuestas.

He de ser honesto, revisar mis acciones e identificar qué puedo transformar, mejorar, cambiar, soltar, desechar o dejar ir, que me genera malestar, desamor, conflicto o incomprensión.

Hemos de ser conscientes de nuestras vidas, dejar de mirar o analizar la vida del vecino, juzgando cada paso y ser íntegros, francos o sinceros con nosotros mismos. Dejar querer ver un cambio en el mundo, en el de al lado, si yo sigo siendo un inconsciente, ignorando mi situación.

Si quieres que haya una mejora, comienza contigo. Emprende el camino, da el primer paso, actúa. Observa qué hay en ti que te genera desbalance, qué aspectos de ti mismo puedes transformar para evitar desgastar tu energía y sentirte pleno.

Practica el amor, contigo, con las personas de alrededor y con el entorno. La compasión, la paciencia, el respeto, la empatía, la amabilidad, la bondad, la escucha, el arropo, apoyo o ayuda. Podemos hacer nuestra vida, nuestro entorno, nuestro mundo mejor, depende de cada uno, que haga su parte en su espacio. Comencemos, creemos un ambiente de respeto, amor y equidad. Inicia el cambio en ti, contigo.

Si quieres algo, hazlo

Voy a hacer una reflexión y la comparto con ustedes. Mientras veía una serie (ya saben que hay mensajes en todas partes), uno de los personajes dijo, «Estoy contenta y es porque hago cosas para estar contenta». Me pareció sublime, así es. Nos hemos de involucrar en nuestro bienestar, felicidad, estado de plenitud, disfrute, como quieran llamarlo, para procurar ver la otra cara de la misma moneda.

Nos pasamos los días esperando que suceda algo para que nos cambie la vida, que cambie la situación o el resultado. Esperamos que llegue esa persona «ideal», ese trabajo, esos amigos, ese viaje, etcétera, que al suceder como por arte de magia, sacudirá nuestras historias, preocupaciones, estados de apatía o hastío, para elevarnos como Aladín en la alfombra mágica y rescatarnos de este abismo.

Siento decirles señoras y señores, que nadie nos libera, nos salva o nos sana, sólo nosotros, cada uno, tiene en sus manos la posibilidad de vivir mejor, o si prefieren decirlo en plan teatral «su salvación».

Si quieres estar contento, haz aquello que te haga sentir bien, que te llene, trabaja en la actitud que empleas en el día, en tu forma de ver las cosas. Eres tú quien decide, nadie más. Si quieres paz, sé paz. Si quieres amor, ámate, respétate, abrázate.

Como decía en la frase, haz cosas para estar de esa forma que quieres. Si quieres conseguirlo, trabaja, sé constante en tu práctica. Todos estamos en ello, yo incluida. Cada día he de hacer mis elecciones y darme cuenta de los patrones limitantes en los que he de trabajar. Se trata de elegirnos, de tomar consciencia y dejar de culpar a lo externo por cómo nos sentimos y hacernos cargo de nosotros mismos, de nuestro niño o niña y responsabilizarnos de su bienestar como los adultos que somos.

Momento de trascender

Atravesamos una época de cambios, desenredos, trascendencia y evolución. Llevamos un tiempo de esta forma, revueltos, sin filtro y soltando, aunque con cierta resistencia, todas las creencias que nos desequilibran.

La vida, el universo, nos ha ido mostrando, a través de lo vivido, lo que hemos de desechar, abandonar, limpiar o despedirnos, porque ya no nos es útil. Con profunda gratitud hacia estos patrones de supervivencia, que nos han conducido a este momento.

Ahora, en este instante, conscientes de quiénes somos, de lo que queremos y ya no en nuestras vidas, eligiendo la paz, la claridad y vivir despiertos, llega el momento de dar el siguiente paso y transcender dichos comportamientos, creencias, conductas que nos anclan o limitan, en una densidad que ya nos resulta incómoda.

Llega la hora de ser conscientes de nuestras elecciones, de andar a cada paso presentes, saboreando la vida, responsabilizándonos de nuestro sentir, abrazando nuestras emociones. Siendo un espectador consciente que transita el camino de la vida con plena confianza en el universo y en sí mismo.

El va y ven energético

Llevamos algún tiempo atravesando un temporal energético, en el que nos sentimos exhaustos, agotados, irascibles, sin entender muy bien el porqué de esas emociones o de esta situación. Hemos de entender que es un movimiento a nivel global, energía universal que nos empuja, nos acompaña e impulsa para deshacer los nudos que nos impedían liberarnos de los antiguos personajes, para ser.

El movimiento ya es, esto está ocurriendo para nosotros. Nuestro cometido es permanecer, en la medida que podamos, en calma. Procurando ser comprensivos con nosotros y nuestro proceso, sea cual sea. Es momento de respetarnos, de comprender que si nos sentimos cansados, no vamos a cargarnos con más tareas, es hora de tomarnos un descanso. Es tiempo de amarnos, entendiendo lo que significa, tratarnos con ternura, compasión, siendo pacientes con nuestro sentir.

Lo primordial es no resistirnos a lo que está pasando, evitar las luchas internas, dejar de fingir, ocultando nuestro sentir, nuestras necesidades o inquietudes, es decir, soltar toda máscara. Hemos de entender que cuanto más nos resistimos, más nos desgastamos, bajando nuestra energía, y el universo sigue con esta apertura, así que el gasto energético será mayor. En serio, dejémonos de tonterías, de aparentar, de ocultar y soltémonos la melena, para el que carezca suelten los brazos al aire, como en posición de vuelo, sacudan fuerte, ríanse, de eso se trata, de sacarle el lado humorístico a todo lo que podamos. Esa es la otra cuestión, riamos, riámonos de todo, de nosotros mismos, de nuestro «estar sin enterarnos de nada», de nuestras bajadas vertiginosas, de nuestro estado de negación, de drama o victimismo, si podemos conseguir eso, de verdad, que se pasa diferente.

Llega el momento de la adaptación.

En los tiempos que corren, lo que hemos de hacer es actualizarnos. Al igual que un dispositivo, que si no se actualiza se queda obsoleto, deja de funcionar a una velocidad adecuada, y puede llegar a tener problemas. Nosotros en este momento, hemos de actualizarnos si queremos «funcionar» adecuadamente, en esta realidad. Lo digo en casi todas mis publicaciones, suelta lo que te limita o te ancla. Todo aquello que se haya quedado caduco, suéltalo, abandona aquella forma de pensar que te limita, que hace que enjuicies, tanto el comportamiento de los demás, como el tuyo. Es hora de ser libres, que en verdad ya lo somos, de creérnoslo, y actuar en consecuencia. Siendo coherentes, respetando al otro y a nosotros mismos. Resetéate, pon tu programación a cero, borra toda memoria de dolor, cualquier pensamiento que te haga viajar al pasado, e impida que permanezcas en el momento presente. El ahora es lo que tenemos, deja de decir ayer, como antes, etcétera, ahora las cosas son así, suceden de este modo, acéptalas, adáptate, y cancela todo lo que te haga sentir en desarmonía, todo lo que te haga pensar que las cosas podrían ser de otra forma, esta forma de pensamiento, te baja la vibración, te frustra, te desanima, te abruma, y un sinfín de términos que lo que hacen es que dejes de creer en ti y en el universo. Confía, se que en estos momentos puede resultar todo un reto, vuelvo a repetirlo, confía, en ti, en tu potencial, y en que las cosas son para algo mayor.

Lo único que puedes cambiar es a ti mismo, porqué no comenzar por tu forma de ver el mundo, tu forma de pensar y filtrar lo que acontece. Cuando cambiamos la forma de ver las cosas, éstas cambian. No es que todo a nuestro alrededor, se transforme, es que nuestra visión es otra, quedándonos con lo bueno de cada situación, soltando la crítica y la pesadez de cargar con el el juicio. En este momento, somos capaces de ver todo cuanto tenemos, el amor que nos rodea, la familia y amigos que nos apoyan, permite que el agradecimiento comience a ser una parte fundamental en tu vida.

Adapta tu forma de ver las cosas, tu actitud, tus pensamientos, a todo lo que acontece, a esta situación actual. Actualiza tu sistema, siéntete dichoso de todo lo que hay en tu vida, respeta todo lo que te rodea, y como toda especie en este planeta, adáptate y vive.

El cambio ha de ser en ti. Ya eres libre.

Las situaciones acontecen, si nos afectan, es porque en ellas hay un mensaje para nosotros. Qué quiere decir, que en cada acontecimiento, por mínimo que sea, si me mueve algo, si hay algo en mi interior que se desestabiliza, es porque lleva consigo un aprendizaje para mi. Todo nos conduce a nuestro interior, para darnos cuenta de dónde estamos, en qué estado de consciencia, y aprender a soltar todo aquello que me limita, que me ancla y me haga sentir insatisfecho, incompleto, sin paz mental, enredado en el ensueño de la mente. Las cosas no ocurren sin más, las situaciones se manifiestan para ti. Para que seas consciente, de que tu eres el motor de ese proyector, que muestra esa realidad. Podemos cambiar la forma en que vemos o percibimos lo que acontece, dejando de ver problemas, obstáculos, o altos en el camino, sabiendo que he de mirar hacia mi, para ver qué me quiere decir.

Si cambiamos la forma de mirar las cosas, éstas cambian. Wayne W. Dyer.

Anímate, deja libre al observador que llevas dentro, e identifica tus limitaciones, como creencias o patrones de comportamiento, para que te sea más fácil saber cuándo estás en un bucle, y puedas decidir salir, enfocándote en el presente. Viendo lo que está sucediendo, como una oportunidad de liberarte de todo ello, al elegir amarte de forma incondicional, aceptando cada parte de ti, respetando tus procesos, y quedándote con lo bueno de cada situación.

Ya eres libre, tu mente es la que hace que te creas en una jaula. Salta, ve hacia tu centro, a tu encuentro, y es ahí donde el velo de la ilusión se desvanece, al dejar que tu amor te llene, te nutra, te embriague.

Reiniciarse

Hemos vivido momentos duros, de incertidumbre, de desaliento, de pérdida de control. Aún continuamos, en la espiral de la duda, de los miedos, luchando por conservar las antiguas creencias, los viejos patrones de pensamiento, en definitiva por continuar manteniendo el control. Es hora de soltar, se que últimamente es la frase de moda, es cierta. Recuerda que todo es como quieras verlo, y como quieras actuar ante lo que acontece. El soltar, es en relación a todo. Todo lo que de algún modo, nos ancla, lo que nos mantiene en la niebla, en el letargo sueño, todas nuestras creencias, patrones de conducta, de pensamiento, que nos hacen bajar nuestra energía, y percibirnos necesitados, dependientes, rotos, perdidos, solos, y con falta de amor. Todo lo que acabo de nombrar, forma parte de las estructuras mentales, lo que nos creemos que es cierto, y es un espejismo. En verdad, somos completos, autosuficientes, repletos de energía y amor, sólo se trata de que te lo creas, y confíes en ti. Por eso es hora de liberarse de todas aquellas creencias, que nos limitan. Veamos esta situación, como una oportunidad de transmutación, de transformación interna. De descubrimiento, de cada uno de nosotros, y de la grandiosidad de los otros. Como siempre digo, céntrate en lo que haces tu, ilumínate, permanece en estado de calma, ocúpate de tu energía, de tu bienestar, sirve de ejemplo al otro. Coopera, no compitas. Hay momentos en los que el universo, nos muestra el camino, y constantemente, nos quejamos que no hay señales, y éstas están por todas partes. Cuando reusamos ver, escuchar, el universo nos grita, nos empuja al cambio. Esta es una ocasión de esas, en la que el cambio de visión, de percepción, se hace cada vez más necesario. Es una nueva forma de ver lo que acontece, de interactuar, de sociabilizarnos, de tratarnos a nosotros mismos. De dejar que la magia se manifieste, que el amor que somos, se expanda sin límites.